lunes, 30 de abril de 2012

¿Ciencia vs. religión?



Es frecuente pensar que la ciencia es, de alguna manera, “enemiga” de la religión.
Hay quienes opinión que la ciencia se opone a la enseñanza religiosa.Pero no es así, simplemente, intenta evitar que el pensamiento religioso se confunda con el científico. Se vuelve interesante, entonces, examinar las causas por las que vale la pena mantener clara esta distinción:

Mientras que la religión se basa en conocimiento revelado, recibido directamente de la divinidad, por medios que no pueden expresarse a través de la razón (el creyente sabe que sabe, aunque no sepa cómo lo sabe), la ciencia produce conocimiento sobre la naturaleza, y para ello se basa en la observación, la experimentación, la discusión y el razonamiento lógico (el científico cree saber, aunque sí sabe por qué cree lo que cree).
Finalmente, mientras que la ciencia se limita a estudiar el mundo natural, la religión abarca no sólo el mundo físico, sino también el de lo espiritual. Para fines científicos, no hay razón para suponer que exista nada más allá del mundo físico; la ciencia es, por necesidad, naturalista, y de entrada desecha cualquier suposición que involucre fenómenos sobre-naturales.

En realidad, ciencia y religión no son enemigas, aunque sí son distintas y quizá, en gran medida, incompatibles.

jueves, 26 de abril de 2012

Museo de la evolución.



El Museo, consta de 12.000 metros cuadrados, la mitad de los cuales están dedicados a la exposición sobre esa larga historia humana que comenzó hace más de seis millones de años, cuando un ancestro se fue separando de otros grandes primates, como los chimpancés, los gorilas o los orangutanes.

Siguiendo un guión científico, realizado por los equipos de los tres codirectores del proyecto de investigacion de la Sierra de Atapuerca (José María Bermúdez de Castro, Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga), divide el recorrido en cuatro plantas donde se trata de interpretar los hallazgos más emblemáticos que han realizado los investigadores en los yacimientos más importantes del mundo.
Para poner en contexto a los visitantes, la planta baja se remonta a los orígenes de las especies de la Tierra explicados según las teorías de la evolución de Charles Darwin.
El camino continúa en el Salón de la Evolución, donde se recrean las 10 especies de simios que nos fueron acercando a lo que somos: desde los 'Australopithecus'hasta el 'Homo sapiens' moderno.
La planta primera se centra en la evolución tecnológica y cultural, desde las primeras hachas de piedra al arte Paleolítico.
Es en la planta sótano donde Atapuerca es el centro de atención. Se encuentran numerosos fósiles y se  se explica, con diversos dispositivos audiovisuales y sensoriales, cómo se formaron los yacimientos y también cómo se desarrolla el trabajo de los expertos.

domingo, 22 de abril de 2012

Museo del creaccionismo.


Los creacionistas no sólo están intentando poner patas arriba el sistema educativo en Kansas disfrazando el tema mediante el Diseño Inteligente, sino que además se están gastando 25 millones de dólares en un museo dedicado a difundir sus ideas en Cincinnati: Ministry uses dinosaurs to dispute evolution.
En el Museo del Creacionismo los Tyrannosaurus rex conviven en plácida armonía con los seres humanos y el mundo se explica a través del Génesis, el primer libro de la Biblia que relata la creación de la Tierra. Todo bajo la línea argumental de las siete letras C de la Historia: creación, corrupción, catástrofe, confusión, Cristo, cruz y consumación. Finalmente, una C más: Creacionismo. Museo del Creacionismo. Un Arca de Noé de 12 metros de alto. Un espectacular planetario que explica cómo Dios creó las nebulosas. Una colección de fósiles (¿verdaderos?). Medio centenar de vídeos, en uno de los cuales se explica la devastación de Nueva Orleans por el huracán Katrina, el sida, la homosexualidad, el tsunami asiático y la prostitución como el castigo al hombre por alejarse de la religión. 27 millones de dólares (20 millones de euros) invertidos en Petersburg, un pueblo de Kentucky, pero a una distancia mínima del aeropuerto de Cincinnati (Ohio), lugar del que dos terceras partes de la población de Estados Unidos viven a menos de 400 kilómetros y cinco horas de coche.